miércoles, 25 de junio de 2014

El poder y la violencia en "Bodas de sangre"

Hay muchos tipos de poder diferentes representados en la obra de Federico García Lorca:

El poder que tiene el destino sobre los personajes principales 

Aun desde el principio de la obra, Lorca alude a la muerte y el sufrimiento que va a ocurrir al fin, cuando la madre sermonea el peligro de cuchillos y descubrimos que dos miembros de su familia murieron debido a esta arma cruel, lo que presagia el destino idéntico del novio. Entonces, hay una linea en la canción de cuna que cantan la suegra y la mujer de Leonardo ("La sangre corría
más fuerte que el agua." pg 8) que une la muerte maldita del caballo con la de Leonardo y del novio. Más tarde, la luna, que es personificada como un leñador joven y sanguinario, reafirma la idea del poder del destino cuando dice:

Pues esta noche tendrán 
mis mejillas roja sangre, 
y los juncos agrupados 
en los anchos pies del aire. 
¡No haya sombra ni emboscada. 
que no puedan escaparse! (Lorca, F (1933). p. 41)

Provoca un sentimiento de desesperación para los personajes porque la luna nos dice que derramará la sangre y que nadie puede evitarlo; su destino ya ha sido decidido.


earthsky.org

El poder de las normas y las expectativas de la sociedad sobre el individuo: 

Es claro que la novia no va a casarse para el amor verdadero, sino para cumplir su deber como una mujer: casarse con alguien con dinero y un titulo y un estatus social respetado para poder tener una vida tranquila y cómoda y tener hijos:

Novia: ¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia) Tú también te hubieras 
ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un 
poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, 
lleno de ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Y yo 
corría con tu hijo que era como un niñito de agua, frío, y el otro me mandaba cientos de 
pájaros que me impedían el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre 
mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien!; yo no 
quería, ¡óyelo bien!. Yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el 
brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y 
todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos! (Lorca, F (1933). p. 52-53)

Al principio, la novia refleja la mujer estereotípico de la época y el poder que tenía la sociedad sobre el destino de las mujeres, pero por el fin ejerce su independencia por intentar escapar con Leonardo, con resultados caóticos. Esta obra sugiere que la influencia poderosa de la sociedad durante este tiempo estaba demasiado y simboliza la impotencia de las mujeres.

El poder embriagador del amor

Aunque Leonardo ya tiene una mujer y hijos, no puede olvidar el amor que tiene para la novia. Sus sentimientos de amor están tan fuertes que es impulsado huir con ella y dejar su familia sin marido y sin padre; están tan poderosos que es casi como una obsesión. Por ejemplo, esto es muy obvio cuando descubrimos que espera fuera de la habitación de la novia por la noche para mirarle:

Criada: A las tres. 

Novia: Sería un caballo suelto de la manada. 
 Criada: No. Llevaba jinete. 

Novia: ¿Por qué lo sabes? 

Criada: Porque lo vi. Estuvo parado en tu ventana. Me chocó mucho. 

Novia: ¿No sería mi novio? Algunas veces ha pasado a esas horas. 

Criada: No. 

Novia: ¿Tú le viste? 

Criada: Sí. 

Novia: ¿Quién era? 

Criada: Era Leonardo. (Lorca, F (1933). p.17-18)


wodumedia.com

Además, hay el tema esencial de la violencia, que en esta obra se crea por imágenes vividos y agresivos:

El monologo de la luna

Luna: 
Cisne redondo en el río, 
ojo de las catedrales, 
alba fingida en las hojas 
soy; ¡no podrán escaparse! 
¿Quién se oculta? ¿Quién solloza 
por la maleza del valle? 
La luna deja un cuchillo 
abandonado en el aire, 
que siendo acecho de plomo 
quiere ser dolor de sangre. 
¡Dejadme entrar! ¡Vengo helada 
por paredes y cristales! 
¡Abrid tejados y pechos 
donde pueda calentarme! 
¡Tengo frío! Mis cenizas 
de soñolientos metales 
buscan la cresta del fuego 
por los montes y las calles. 
Pero me lleva la nieve 
sobre su espalda de jaspe, 
y me anega, dura y fría, 
el agua de los estanques. 
Pues esta noche tendrán 
mis mejillas roja sangre, 
y los juncos agrupados 
en los anchos pies del aire. 
¡No haya sombra ni emboscada. 
que no puedan escaparse! 
¡Que quiero entrar en un pecho 
para poder calentarme! 
¡Un corazón para mí! 
¡Caliente!, que se derrame 
por los montes de mi pecho; 
dejadme entrar, ¡ay, dejadme! (A las ramas.) 
No quiero sombras. Mis rayos 
han de entrar en todas partes, 
y haya en los troncos oscuros 
un rumor de claridades, 
para que esta noche tengan 
mis mejillas dulce sangre, 
y los juncos agrupados 
en los anchos pies del aire. 
¿Quién se oculta? ¡Afuera digo! 
¡No! ¡No podrán escaparse! 
Yo haré lucir al caballo 

una fiebre de diamante.

(Lorca, F (1933). p. 41)

La luna, tradicionalmente serena y hermosa, aquí, es muy violenta y vengativa, creando imaginaria sanguinaria que es muy inquietante perturbadora; especialmente la descripción de su deseo de tener sangre en su cara y entrar en un pecho. Esto, junto con las reglas sexistas y opresivas de la sociedad, muestran la fuerza destructora del destino; aun la naturaleza, y algo que debería ser romántico y pacifico, caza a la pareja, convirtiéndose en algo monstruoso y violento al extremo.

Bibliografia:

Lorca, F (1933). Bodas de sangre.

Simbolismo en Bodas de sangre - la presencia y significación del caballo, el agua, la luna y el cuchillo.

  
Federico Garcia Lorca ha tenido mucho éxito con Bodas de Sangre, creando una obra que mezcla rasgos del folklore español y tradiciones poéticas clásicas con la idea de modernidad. El simbolismo asociado con el caballo, el agua, la luna y el cuchillo forma una parte esencial de esto.

El caballo de Leonardo es una metáfora para la fertilidad y el poder, pero al mismo tiempo es un símbolo del engaño, porque Leonardo siempre se ve en su caballo cuando va en secreto para mirar la Novia por la noche:

Criada: ¿Sentiste anoche un caballo? 

Novia: ¿A qué hora? 

Criada: A las tres. 

Novia: Sería un caballo suelto de la manada. 

Criada: No. Llevaba jinete. 

Novia: ¿Por qué lo sabes? 

Criada: Porque lo vi. Estuvo parado en tu ventana. Me chocó mucho. 

Novia: ¿No sería mi novio? Algunas veces ha pasado a esas horas. 

Criada: No. 

Novia: ¿Tú le viste? 

Criada: Sí. 

Novia: ¿Quién era? 

Criada: Era Leonardo. 

Novia: (Fuerte) ¡Mentira! ¡Mentira! ¿A qué viene aquí? 

Criada: Vino. 

Novia: ¡Cállate! ¡Maldita sea tu lengua! (Se siente el ruido de un caballo.) 

Criada: (En la ventana) Mira, asómate. ¿Era? 

Novia: ¡Era! (Lorca, F (1933). p. 18)

También hay la canción de cuna que cantan la suegra y la esposa de Leonardo, que es sobre un caballo que no quiere beber el agua:

Suegra: 
Nana, niño, nana 
del caballo grande 
que no quiso el agua. 
El agua era negra 
dentro de las ramas. 
Cuando llega el puente 
se detiene y canta. 
¿Quién dirá, mi niño, 
lo que tiene el agua 
con su larga cola 
por su verde sala? Mujer: (Bajo) 
Duérmete, clavel, 
que el caballo no quiere beber. 
Suegra: 
Duérmete, rosal, 
que el caballo se pone a llorar. 
Las patas heridas, 
las crines heladas, 
dentro de los ojos 
un puñal de plata. 
Bajaban al río. 
¡Ay, cómo bajaban! 
La sangre corría 
más fuerte que el agua. 
Mujer: 
Duérmete, clavel, 
que el caballo no quiere beber. 
Suegra: 
Duérmete, rosal, 
que el caballo se pone a llorar. 
Mujer: 
No quiso tocar 
la orilla mojada, 
su belfo caliente 
con moscas de plata. 
A los montes duros 
solo relinchaba 
con el río muerto 
sobre la garganta. 
¡Ay caballo grande 
que no quiso el agua! 
¡Ay dolor de nieve, 
caballo del alba! 
Suegra: 
¡No vengas! Detente, 
cierra la ventana 
con rama de sueños 
y sueño de ramas. 
Mujer: 
Mi niño se duerme. 
Suegra: 
Mi niño se calla. 
Mujer: 
Caballo, mi niño 
tiene una almohada. 
Suegra: 
Su cuna de acero. 
Mujer: 
Su colcha de holanda. 
Suegra: Nana, niño, nana. 
Mujer: 
¡Ay caballo grande 
que no quiso el agua! 
Suegra: 
¡No vengas, no entres! 
Vete a la montaña. 
Por los valles grises 
donde está la jaca. 
Mujer: (Mirando) 
Mi niño se duerme. 
Suegra: 
Mi niño descansa. 
Mujer: (Bajito) 
Duérmete, clavel, 
que el caballo no quiere beber. 
Mujer: (Levantándose, y muy bajito) 
Duérmete, rosal. 
que el caballo se pone a llorar. (Lorca, F (1933). p. 7-9)

La tristeza y el sufrimiento del caballo son indicios de lo que va a pasar en el futuro; la muerte y el luto. No quiere beber porque el agua es negra, lo que significa que el caballo va a sufrir de cualquier manera: si bebe el agua, va a morir de enfermedades, y si no bebe, va a morir de la sed. Esto revela el poder del destino y simboliza el sino de los personajes de Bodas de sangre. La muerte es inevitable, y nadie puede huirle. Otra interpretación es que el caballo representa la determinación de Leonardo: ha decido no sufrir más por beber el agua sucia y nunca cambiaraa su decisión en la misma manera de que Leonardo nunca abandonaraa la idea de estar con la Novia.

         Чёрная лошадь

El agua tiene muchos significados diferentes en la obra dependiendo de su aspecto:

Hay el agua negra de la canción de cuna, que representa la muerte de Leonardo y el Novio, y el sufrimiento de sus familias después. La canción de cuna también dice que "la sangre corría
más fuerte que el agua", lo que sugiere el poder del rencor y la sed de sangre sobre la pureza y la bondad, y presagia la muerte de los dos hombres.

Luego, se utiliza el agua como una metafora para los dos hombres, Leonardo y el Novio, de que habla la Novia a la Madre después de su muerte:

Novia: ¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia) Tú también te hubieras 
ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un 
poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, 
lleno de ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Y yo 
corría con tu hijo que era como un niñito de agua, frío, y el otro me mandaba cientos de 
pájaros que me impedían el andar y que dejaban escarcha sobre mis heridas de pobre 
mujer marchita, de muchacha acariciada por el fuego. Yo no quería, ¡óyelo bien!; yo no 
quería, ¡óyelo bien!. Yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el 
brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y 
todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos! (Lorca, F (1933). p.52-53)

Dice que quería tener hijos con el Novio y que le gustoo, pero que lo que sentía para el era como una gota en el océano, y que su amor para Leonardo era mucho mass grande, porque le "arrastroo como un golpe de mar". Pues en este caso, el agua es un símbolo del amor. Describe a Leonardo como "un rio oscuro"; en lugar de utilizar el agua en su contexto tradicional, representando la pureza, Lorca la utiliza como símbolo de lo misterioso y lo prohibido. El novio simbolizoo la seguridad y una vida normal, mientras Leonardo reflejoo la aventura y una vida llena de emoción.

                              

La representación de la luna es la mas fascinante de toda forma de simbolismo en la obra porque es personificada como un ser varón y sanguinario; tradicionalmente, la luna siempre simboliza lo femenino, la pureza y la inocencia. Así, Lorca ha tomado un concepto muy estereotipo y tradicional y creoo un sentido de la modernidad:

Cisne redondo en el río, 
ojo de las catedrales, 
alba fingida en las hojas 
soy; ¡no podrán escaparse! 
¿Quién se oculta? ¿Quién solloza 
por la maleza del valle? 
La luna deja un cuchillo 
abandonado en el aire, 
que siendo acecho de plomo 
quiere ser dolor de sangre. 
¡Dejadme entrar! ¡Vengo helada 
por paredes y cristales! 
¡Abrid tejados y pechos 
donde pueda calentarme! 
¡Tengo frío! Mis cenizas 
de soñolientos metales 
buscan la cresta del fuego 
por los montes y las calles. 
Pero me lleva la nieve 
sobre su espalda de jaspe, 
y me anega, dura y fría, 
el agua de los estanques. 
Pues esta noche tendrán 
mis mejillas roja sangre, 
y los juncos agrupados 
en los anchos pies del aire. 
¡No haya sombra ni emboscada. 
que no puedan escaparse! 
¡Que quiero entrar en un pecho 
para poder calentarme! 
¡Un corazón para mí! 
¡Caliente!, que se derrame 
por los montes de mi pecho; 
dejadme entrar, ¡ay, dejadme! (A las ramas.) 
No quiero sombras. Mis rayos 
han de entrar en todas partes, 
y haya en los troncos oscuros 
un rumor de claridades, 
para que esta noche tengan 
mis mejillas dulce sangre, 
y los juncos agrupados 
en los anchos pies del aire. 
¿Quién se oculta? ¡Afuera digo! 
¡No! ¡No podrán escaparse! 
Yo haré lucir al caballo 
una fiebre de diamante.  (Lorca, F (1933). p. 41)

Aquí, la luna es despiadada y cruel, y quizás simboliza el destino, porque dice que la Novia y Leonardo "no podrán escaparse", como si es él que controla su sino.

Desde el principio, el cuchillo tiene una importancia primaria en Bodas de sangre como un símbolo de muerte y poder, porque su presencia presagia la muerte del Novio y de Leonardo al final. La palabra "navaja" se repite muchas veces durante la obra, de la que la primera era de la madre:

Madre: (Entre dientes y buscándola)La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el 
bribón que las inventó. (Lorca, F (1933). p. 2)

Descubrimos que su marido y su primer hijo fueron asesinados debido a la enemistad con la familia Felix, y que utilizaron cuchillos. Aquí, la madre le advierte que nada de bueno puede ocurrir del uso de cuchillos, lo que anuncia los acontecimientos sangrientos que van a pasar.

Ademas, el cuchillo es un símbolo bien conocido para la fertilidad, lo que podria indicar la rivalidad entre el Novio y Leonardo para el carino de la Novia.


Bibliografia:

Lorca, F (1933). Bodas de sangre.

Jornada V. Interpretación del desenlace de Don Álvaro o la fuerza del sino - Examina la jornada quinta y trata de explicar el satanismo de don Álvaro y el de Don Alfonso que conducen al desenlace de la obra.

Satanismo en la jornada quinta:

Hay muchas referencias al satanismo en la jornada cinco, especialmente con respecto a Don Álvaro, pero también con relación a Don Alfonso (cuando se pelean). La primera referencia al campo léxico de satanismo aparece durante una conversación entre Hermano Melitón y Don Alfonso:


HERMANO MELITÓN
¿El gordo?

¿El natural de Porcuna?
No os oirá cosa ninguna, 1890
que es como una tapia sordo.
Y desde el pasado invierno
en la cama está tullido;
noventa años ha cumplido.
El otro es...
DON ALFONSO
El del infierno.
1895
HERMANO MELITÓN
Pues ahora caigo en quién es:
el alto, adusto, moreno,
ojos vivos, rostro lleno...
(de Rivas, D (1835))

 Don Alfonso describe Don Álvaro como "el del infierno", sugiriendo que es un demonio, o quizás que es un emblema de Satanás mismo. Hay un sentido de ironía porque están en un convento y Don Álvaro simula una figura sagrada. Luego Hermano Melitón le identifica como "alto, adusto, moreno...", que también es una descripción estereotípica de Satanás.

Hay otra referencia a Don Álvaro como el diablo cuando Don Alfonso insinua que es
"un monstruo", "un asesino", "un seductor", y "un infame"; otras palabras típicas que son asociadas con Satanás.

























Más tarde, Don Álvaro dice algo que crea un vínculo entre los conceptos del destino y el infierno:




¿De nuevo el triunfo asegura
el infierno, y se desploma
mi alma en su sima profunda?
¡Misericordia!
(de Rivas, D (1835))

Esto da un aspecto moralizador a la obra porque sugiere que el destino de una persona que comete un crimen 

contra la humanidad (como el asesinato) convierte en ser vinculado al infierno para siempre. No es posible
escapar a la justicia religiosa.



Otro aspecto importante es la repetición incesante de la palabra "infierno", especialmente cuando Don
Alvaro dice:



DON ÁLVARO.-   (Saliendo con DON ALFONSO.) 
¡Voy al infierno!
(de Rivas, D (1835))

Es como una profecía que por su propia naturaleza contribuye a cumplirse y este momento presagia su muerte inminente.


Hermano Melitón intenta avisar a los dos hombres que sus acciones solo van a provocar el dolor,
el sufrimiento y el castigo, pero no le escuchan; están totalmente resueltos en violencia, como "demonios":



HERMANO MELITÓN
¡Hola..., hermanos..., hola!... ¡Digo!...
No lleguen al paredón,
miren que hay excomunión, 2120
que Dios les va a dar castigo.
 (Vuelve a la escena.) 
No me oyen, vano es gritar.
Demonios son, es patente.
Con el santo penitente
sin duda van a cargar.
(de Rivas, D (1835))

Hermano Melitón menciona la excomunión; esta falta y pérdida de Dios representa la desesperanza de la
 situación Don Álvaro y anuncia su muerte muy profano (su suicidio).

Don Alfonso solo quiere la venganza y aparece como un demonio implacable porque no escucha la lógica y
la razón:

DON ÁLVARO


(Volviendo al furor.)

¿Eres monstruo del infierno,
prodigio de atrocidades? 2265

DON ALFONSO

Soy un hombre rencoroso
que tomar venganza sabe.
Y porque sea más completa,
te digo que no te jactes
de noble... Eres un mestizo 2270
fruto de traiciones.
(de Rivas, D (1835))

Finalmente, Don Álvaro, en su desesperanza, pierde el control y dice:


 DON ÁLVARO

 (En el extremo de la desesperación.) 
Baste.

¡Muerte y exterminio! ¡Muerte
para los dos! Yo matarme
sabré, en teniendo el consuelo
de beber tu inicua sangre. 2275
(de Rivas, D (1835))

En su estado histérico, menciona bebiendo el sangre de Don Alfonso, lo que evoca un sentido fuerte de
satanismo.

Después de herir fatalmente a Don Alfonso, dice:

DON ÁLVARO.-   (Aterrado.) 
 Estoy manchado de sangre, estoy irregular...
Pedid a Dios misericordia...
(de Rivas, D (1835))

La palabra "manchado" tiene un efecto muy poderoso porque sugiere a los espectadores que, a partir de

este momento, Don Álvaro no puede regresar una vida normal; es manchado por el sangre de demasiados
víctimas y ahora todo el mundo sabrá que es un monstruo. Sin amante, sin amigos, sin Dios, Don Álvaro ve
una opción sola: el suicidio.

(DON ÁLVARO vuelve en sí y luego huye hacia la montaña. Sale el PADREGUARDIÁN con la comunidad, que queda asombrada.)

 
PADRE GUARDIÁN.-   ¡Dios mío!... ¡Sangre derramada!... ¡Cadáveres!... ¡La mujer penitente!



TODOS LOS FRAILES.-  ¡Una mujer!... ¡Cielos!



PADRE GUARDIÁN.-  ¡padre Rafael!



DON ÁLVARO.-   (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice.) Busca, imbécil, al padre Rafael... Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador... Huid, miserables.



TODOS.- ¡Jesús, Jesús!
DON ÁLVARO.-  Infierno, abre tu boca y trágame! ¡Húndase el cielo, perezca la raza humana; exterminio, destrucción...!  (Sube a lo más alto del monte y se precipita.) 



EL PADRE GUARDIÁN Y LOS FRAILES.-    (Aterrados y en actitudes diversas.) ¡Misericordia, Señor! ¡Misericordia!






(de Rivas, D (1835)) 

En los momentos antes de su muerte, Don Álvaro apenas es reconocible, y con "sonrisa diabólica" dice
que es un "enviado del infierno", "el demonio exterminador". En este momento, es claro para el auditorio
Don Álvaro no puede ser salvado; le volvió loco el remordimiento de haber matado a tantas personas
inocentes y es convencido que es un diablo del infierno. Es la presencia fuerte del satanismo contra la religion
que le obliga a suicidarse.


http://www.koanicsoul.com/blog/wp-content/uploads/2012/11/Fallen-693279.jpeg

Bibliografia:

de Rivas, D (1835). Don Álvaro o la fuerza del sino. Madrid.
































lunes, 9 de junio de 2014

El poder y la violencia en "La paz perpetua"

"La paz perpetua habla menos del terrorismo que de los dilemas que la lucha contra el terrorismo nos plantea. Es una revisión de valores que hasta hace poco parecían incuestionables." - Juan Mayorga   [Teatro María Guerrero. (2012)]

La paz perpetua es una obra que es llena de metáforas sobre el poder y la violencia, y crea un vínculo entre estos aspectos y las memorias y el terrorismo; algo que forma parte significativo del pasado (y del presente) turbulento de España.   





El personaje de Casius, un veterano en la lucha contra el terrorismo, es un ejemplo perfecto de una metáfora que simboliza las dificultades y los horrores que ha enfrentado la gente de España:


"¿Quiere ser como yo? ¿Me ha mirado bien, muchacho? Se ha preguntado por qué ladeo mi cabeza para escucharle? Porque mi oreja derecha está tan seca como mi ojo izquierdo. Tengo dolores que apenas me dejan dormir, y cuando consigo hacerlo, las pesadillas no me dejan descansar. En los sueños se me aparecen todos mis muertos, John-John, y puede creer que son muchos, mis muertos. Ese es mi premio, por no haberme arrugado jamás. Y he tenido suerte. Mis mejores amigos han caído o se han vuelto locos. ¿Quiere ser como yo? Míreme bien. ¿Puede creer que un día fui una bola de pelo a la que acariciaban los niños? Hoy doy miedo a los niños. Hoy yo mismo me doy miedo..." (Silencio.) (Mayorga, J. 2009, pagina 71)


Es evidente que este perro curtido ha sufrido, y todavía sufre, muchísimo; no es orgulloso de las cosas que tuvo que hacer y no quiere ser visto como un héroe porque tuvo que hacer atrocidades y tomar decisiones tremendos para sobrevivir y para proteger la nación. Representa todos los dolores de España que han dejado la guerra y el terrorismo. Sus cicatrices y sus heridas son las del país también. Además, muestra que tener mucho poder no significa que puedes vivir sin miedo... en todo caso, más poder quiere decir más responsabilidades, con las vidas de otras personas en tus manos, lo que crea un sentimiento de remordimiento y miedo incesante cuando fracasas. Revela que aunque tiene la apariencia física de un líder poderoso y valiente, en su interior tiene los mismos inseguridades y miedos que los demás, pero son peores porque ha visto tantas cosas terribles. Como España, no puede olvidar las atrocidades y la violencia que ha experimentado y el hecho de que no puede dormir debido a las pesadillas muestra el poder absoluto de las memorias. 




Pues John-John describe un método de tortura que han utilizado en su escuela para practicar la resistencia:

"...te hacen la tabla del agua... Tabla. Inclinada un tanto así, que los pies queden más altos que la cabeza. Ojos tapados, brazos atrás. Toalla en la boca, bien metida, que te toque la garganta. Van echándote agua, por la nariz y por la boca, hasta que la toalla se empapa. No falla, piensas que te asfixias.Yo aguanté uno coma siete." (
Mayorga, J. 2009, pagina 72)    

Aquí, Juan Mayorga revela un tipo de violencia mucho más siniestro, negro y deliberado que a veces utilizan los terroristas y los del contraterrorismo. Mayorga mencionó en entrevistas que es más fácil para los espectadores oír cosas atroces - la verdad - cuando vienen de la boca de un animal, en lugar de un ser humano, porque hay un proceso de deshumanización, lo que nos permite pillar la información, pero al mismo tiempo podemos distanciarnos del criticismo y la realidad. 


"...que los personajes sean perros me permite poner en sus bocas frases que no me atrevería a adjudicar a un personaje humano, y sobre todo proponer un tipo de teatralidad muy especial." - Juan Mayorga     [Teatro María Guerrero. (2012)]


Lo que es lo más interesante en la obra es la muerte de Enmanuel, que tiene un significado simbólico enorme: Enmanuel muere pasivamente para defender sus creencias que la violencia (y en este caso específicamente, la tortura) no siempre es la solución, mientras que John-John y Odín atacan y matan a Enmanuel para defender su convicción que la violencia siempre es necesario cuando hay vidas en peligro.   







Bibliografía:

Mayorga, J (2009). La paz perpetua: KRK Ediciones.
Teatro María Guerrero. (2012). Cuaderno pedagógico: La paz perpetua, Juan Mayorga . Available: http://cdn.mcu.es/wp-content/uploads/2012/08/40-LA-PAZ-PERPETUA-07-08.pdf. Último acceso 07/06/2014.


El poder y la violencia en "Los niños perdidos"


El poder y la violencia son los temas más esenciales de la obra y son representados en muchas maneras diferentes:

Primeramente, hay la representación del poder y de la crueldad de la iglesia católica bajo Franco. El personaje de Sor, una monja muy violenta, representa como las figuras religiosas en posiciones de poder han maltratado a los niños abandonados (que tienen padres que han sido fusilados, que han sido secuestrados o que han venido de la calle) durante la Guerra Civil. Por ejemplo, cuando grita:

(Con voz cavernosa y aterradora...) "Y en las llamas del infierno os habéis de condenar. Ja. ¿Y qué es el infierno? Pues el infierno: una sima hondísima llena de llamas y, en ellas, están los demonios y condenados revolviéndose y entrechocándose en horrible revoltijo, como los garbanzos del cocido hirviendo en la olla. Allí estaréis quemándoos eternamente, sin morir jamás, porque la justicia de Dios así lo exige." (Ripoll, L. 2010, pagina 53)  




Esto refleja la manera en la que las iglesias utilizaban la amenaza del infierno para crear el miedo entre la gente, empleando las imágenes muy violentas. El uso de símiles ("como los garbanzos") y de metáforas ("una sima hondísima llena de llamas") crea una imagen aun más poderosa y siniestra. 

Luego, hay la idea del poder de los vivos (Tuso) sobre los muertos. Una vez que los niños descubren que son fantasmas, que solo forman parte de la imaginación de Tuso debido a sus sentimientos persistentes de remordimiento, quieren ser "libres" para obtener la paz, y solo es Tuso que tiene el poder para liberar a los niños por abrir la puerta del desván. Es una metáfora para la memoria de todas las atrocidades que ha enfrentado España durante la Guerra Civil; Laila Ripoll sugiere que tenemos que aceptar y reconocer lo que pasó, para ser capaz de lamentar nuestras pérdidas y después, finalmente, ser capaz de proseguir con la vida. Y aunque al principio Tuso tiene mucho miedo de la monja "lívid[a], con los ojos fuera de las órbitas" (Ripoll, L. 2010, pagina 105), cuando descubren que está muerta, una fantasma, derrota su miedo para abrir la puerta, destruyendo el sentido de terror asociado con la sor monstruosa.      

El uso de violencia en los juegos de los niños, cuando imitan las acciones de sus abusadores, crea un tipo de metateatralidad alarmante que demuestra de manera mucho más desgarrador (con niños) como ha sufrido la gente de España durante este periodo espantoso. También tiene que considerar la violencia en las imágenes creadas por sus juegos de reconstrucción de memorias. Por ejemplo, cuando Cuca juega a los trenes:

Cuca          Chaca-chaca-chaca-cham. Y mi mama gritaba: "¡Mi niño, mi niño, que no se                        lleven a mi niño!" Y pasaban los días y las noches... Olalla                                                  se murió y olía muy mal. Luego se murió Antón, entonces olía peor.  

(Ripoll, L. 2010, pagina 80)

Esta imagen dolorosa de niños y de la muerte simboliza el sufrimiento de la gente de España durante la Guerra Civil. El uso de dos sentidos (los de vista y olfato) provoca una imagen más pavoroso y fuerte.   





Luego hay la representación de la violencia contra los amigos en tiempos de desesperación. Por ejemplo, cuando Marqués pierde la paciencia con Cuca:

Marqués          ¡La culpa de todo la tiene éste por meón!

Cuca               ¡Que me lleva el aire!

Marqués          ¡Meón, jodío meón!


Empieza a dar bofetadas a Cucachica sin ningún control. 
(Ripoll, L. 2010, pagina 107)

Aquí, Ripoll muestra que a veces la violencia viene del miedo y que aun puede tener el poder de provocar amigos a volverse en contra uno al otro.  

Finalmente, pienso que hay violencia en la vulgaridad de las palabras que utilizan los niños. Dicen cosas tal como "Vete a la mierda" (Ripoll, L. 2010, pagina 39), "tonto del culo" (Ripoll, L. 2010, pagina 40) y "te voy a matar, meón" (Ripoll, L. 2010, pagina 73), lo que insinúa que tuvieron que madurar prematuramente debido a los actos horríficos y violentos que han visto y experimentado. También podemos entender claramente el poder de las palabras cuando los niños repiten lo que han dicho las personas en posiciones de poder, tal como sus reeducadores en la iglesia.




Bibliografía:

Ripoll, L (2010). Los niños perdidos: KRK Ediciones.